Así en el ámbito político han existido frases que parecería que no advirtieron ese refrán de que “el pez por la boca muere” y hay políticos que son recordados más por sus dichos como por sus acciones- no todos, pero sí algunos-.Algunas de estas frases son ocurrentes, otras son crueles, otras son graciosas y hay hasta las que son inteligentes, bueno pero esas son las menos.
Perece ser que la primer frase que recoge la historia de México de un político mexicano, aunque un poco trágica, podríamos decir que es: “¿Acaso estoy yo en un lecho de rosas?”, cosa que no dijo Cuauhtémoc cuando vertían aceite hirviendo a sus pies, no dijo eso ya que las rosas aún no se cultivaban en México en ese tiempo, su cultivo empezó unos pocos años después, pero por errores de los traductores pasó así a la historia. En realidad Cuauhtémoc debió haber dicho algo así como: “¿Acaso estoy yo en un baño de flores?”.
En la época colonial parece que los políticos eran un poco más mesurados al hablar (ya sea por la mano dura del rey de ultramar o por el convincente
estilo represor de la santa Inquisición, así que cuidaban sulengua para no acabar en el potro de tortura o en la hoguera) por lo que no hay ninguna frase, que a mi modo de ver pueda entrar en esta respetable lista.
En la época de la independencia se da , la que a mi modo de ver, es la mejor fra se de toda la historia mexicana cuando Vicente Guerrero dice a su padre, cuando este le ofrecía el perdón que le daban los españoles si deponía las armas: “La patria es primero”. Así de sencillo y contundente, y más en estos momentos cuando en este país parece que a los políticos y militares sólo los mueve dinero.
De la época anterior a la revolución son famosas una cuarteta de frases de Porfirio Díaz en donde se nota su modo cruel de entender la política. La primera es ingeniosa: “Perro con hueso en la boca, ni muerde ni ladra”. Para resumir las relaciones con el vecino del norte decía:
“Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. La última que después serviría de advertencia a sus enemigos, cuando el gobernador de Veracruz le informó del levantamiento en su contra en 1879, la orden fue clara y precisa: “Mátalos en caliente”. Parecida a esta última “Ese gallo quiere maíz”, cuando pensaba que alguien necesitaba un soborno, o algo de plomo.
De la época de la revolución resaltamos la frase que dio inicio a la lucha armada, la frase de los anti reeleccionistas: “Sufragio efectivo, no reelección”. Hay una frase que Ricardo Flores Magón dijo y que tomó Emiliano Zapata como su lema y que mucha gente le atribuye erróneamente a Zapata, “Tierra y libertad”; sí, esa frase es de Ricardo Flores Magón, aunque usted, no lo crea (¿ A dónde he oído esa frase? Otra máxima de Flores Magón que no sabemos si estaba parafraseando a Hegel (que después le atribuyeron la frase a Nietzsche) o si fue pura casualidad es: “La constitución ha muerto”. La siguiente no es una frase sino un nuevo verbo que se agregó al habla popular “Carrancear”, “Ya nos carranceraron la revolución” decía la gente que había participado en la bola, pensando que la revolución les iba a traer mejoras en sus condiciones de vida y que nada
más los dejó peor que como estaban. Álvaro Obregón hablando de la corrupción dijo una frase que llega a este 2016, todavía muy fresca: “Nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos”.
En el México posrevolucionario destacamos un par de frases de Adolfo López Mateos: “En México no hay presos políticos, sino delincuentes comunes”, ese México en donde nunca pasa nada. Y otra que habla desde la perspectiva de un político encumbrado sobre lo que fue el movimiento armado que comenzó en 1910: “La Revolución Mexicana fue la Revolución perfecta, pues al rico lo hizo pobre, alpobre lo hizo pendejo, al pendejo lo
hizo político, y al político lo hizo rico”. Otro presidente, Adolfo Ruiz Cortines, lanzó la siguiente frase a quienes lo criticaban por su delgadez y por su edad: “Soy feo pero no me eligieron para semental, sino para presidente”. Miguel Alemán Valdés respondió de una manera que no sé por qué me recuerda a Vicente Fox: “Soy gobernador, no bombero” cuando se quemó el mercado Hidalgo en Veracruz y él, en lugar de regresar de sus
vacaciones, se quedó unos días más y al regresar a Veracruz le preguntaron si ya había ido al lugar del incendio.
Para finalizar, por hoy, Jesús Reyes Heroles en pocas palabras define la política de su época, no muy lejana: “En el ejercicio de la política hay que aprender a lavarse las manos con agua sucia”.